Unas garnachas centenarias cuidadas con mimo y rigor por los viticultores de las cooperativas de Fuendejalón y Magallón

Enrique Chueca, CEO y Rubén Frago, presidente
La empresa Bodegas Aragonesas ubicada en la localidad zaragozana de Fuendejalón, a los pies del Moncayo, se fundó en el año 1984, aunque el auténtico inicio del cultivo de la vid y en particular de la variedad garnacha, se remonta al año 1145 siendo atribuido a los monjes cistercienses del Monasterio de Veruela. Las sucesivas generaciones han ido enriqueciendo poco a poco este valioso e histórico legado, hasta alcanzar los niveles más elevados de prestigio. Viñedos vigorosos y robustos, algunos con una antigüedad superior a los 100 años, que han arraigado con fuerza en una tierra incomparable para su desarrollo dotándoles de una inconfundible calidad y personalidad.
Bodegas Aragonesas forma parte de la Denominación de Origen Campo de Borja y sus viñedos están situados en las estribaciones de la cordillera ibérica, en la parte más septentrional de la provincia de Zaragoza. Toda esta zona, que ocupa el somontano de la cordillera ibérica y el valle alto del Ebro, compartida con Navarra y La Rioja, constituye un territorio privilegiado para el cultivo de la vid, tanto por la calidad de sus tierras como por su clima.
Su reconocida Garnacha, Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah, Mazuela Chardonnay, Macabeo y Moscatel de Alejandría son variedades que se encuentran en sus suelos pedregosos de tierras rojizas, el mejor hábitat para alcanzar todo su esplendor.
Los viñedos de Bodegas Aragonesas ocupan 3.200 ha., con una altitud entre los 450 y los 650 metros y con una conformación de pequeñas laderas orientadas al sureste. Estas tierras, cultivadas por los viticultores de Magallón y Fuendejalón, fructifican 16 millones de kilos de uva con claro predominio de su producto estrella: la garnacha.
Desde vinos ecológicos y afrutados, hasta vinos complejos, de alta expresión y de autor, pasando por jóvenes, crianzas, reservas, blancos, tintos, rosados, monovarietales y multivarietales. Una gama de vinos tan variada y extensa que sorprende y convence a consumidores de más de 50 países repartidos por todo el mundo. Sus marcas Fagus, Coto de Hayas, Garnacha Centenaria, Galiano, Don Ramón y Aragonia son los emblemas de su bodega que gozan de un prestigio internacional que las ha hecho acreedoras de numerosos premios y distinciones.
El éxito de los vinos de Bodegas Aragonesas no es una casualidad. La reestructuración y en muchos casos la preservación de sus mejores viñedos les permite obtener, además de una de las mejores garnachas del mercado, los mejores mostos para lograr unas vinificaciones de calidad contrastada. El seguimiento del crecimiento, sanidad y calendario de vendimias les garantiza la calidad de la uva y su recogida en el momento exacto de maduración.
El equipo de expertos enólogos, maestros en la elaboración de su afamada garnacha, y el equipo humano que integra los diferentes departamentos de la bodega, consiguen el resultado final de unos vinos de prestigio internacional. Y, si destacable es el trabajo de sus enólogos y técnicos, no lo es menos el de sus viticultores. Cientos de personas que cada día aplican con mimo y rigor todos los cuidados específicos para que los viñedos extraigan de la tierra lo mejor de sí misma.
Fruto de la importante expansión de sus marcas y la demanda creciente del mercado, Bodegas Aragonesas ha creado, anexas a la bodega ya existente, unas nuevas instalaciones que ha bautizado con el nombre de Terroir-Garnacha; un espacio vanguardista, multifuncional e innovador que marca un antes y un después en la forma de trabajar, entender y vivir el vino en Bodegas Aragonesas.