Vinos finos, elegantes, redondos y sedosos, con una identidad única 

Rodrigo González García, propietario y enólogo

Tras una trayectoria profesional en bodegas de referencia, el enólogo Rodrigo González decidió embarcarse en una nueva aventura, creando lo que hoy es “Altos del Enebro”: una bodega boutique, ubicada en el Valle del Duero. Sus viñedos se sitúan en un lugar predilecto para cultivar la uva, aportándoles la máxima calidad, expresividad y carácter a sus vinos. 

Altos del Enebro tiene una producción limitada de botellas. Sus viñedos están situados a casi 1000 metros de altura con suelos pedregosos muy complejos y muy diferentes del resto de Ribera del Duero. El resultado son vinos finos, elegantes, redondos, sedosos y muy personales, con una identidad propia en cada una de sus botellas. 

Se trata de un proyecto personal que rondó durante mucho tiempo la cabeza del enólogo Rodrigo González, hasta que se decidió a comprar un terreno en el término de La Horra, Burgos. Posteriormente, siguiendo su sueño de trabajar sus propios viñedos, adquirió un entorno idílico en el término de Pardilla, donde hoy se asienta el resto del proyecto. 

Actualmente, Altos del Enebro cuenta con un total de 24 hectáreas de diferentes edades, trabajadas por un equipo joven, pero con amplia experiencia vinícola a sus espaldas. “Perseguimos una forma respetuosa de trabajar el viñedo. El resultado nos permite experimentar la magia del terruño en cada botella descorchada”, señalan desde la propiedad.

Cinco son los vinos producidos por Altos del Enebro en la actualidad. Altos del Enebro -Finca La Herradura es el vino más especial de la bodega. Un vino de paraje, obtenido de la viña que mejor representa el carácter de altitud, finura, frescura y que tiene como resultado vinos de larga guarda. La Goyesca, por su parte, es un vino muy diferente a los demás, que proviene de la combinación de variedades Tempranillo, Garnacha, Albillo Mayor, Bobal y Monastrel. Tomás González es un vino homenaje al padre del propietario, Rodrigo González y que refleja los valores sobre los que está basado: esfuerzo, sacrificio y honestidad. Se trata de un vino de corta crianza, con 5 meses de maduración en barrica. Por último, la bodega presenta Altos del Enebro, un tinto y un blanco. El Altos del Enebro blanco es el resultado de la mejor selección de uvas viejas de la variedad Albillo Mayor; mientras que Altos del Enebro tinto crianza  es el alma máter del proyecto, donde se destinan las uvas que más expresan el sentido de crear este proyecto vitícola . “Nuestros vinos son la interpretación verdadera de cada viñedo, de todo aquello que aporta la naturaleza, de nuestro trabajo y de nuestra propia experiencia”, explican desde la bodega.

Altos del Enebro se aleja de cualquier moda y centra sus elaboraciones en el objetivo de reflejar, en cada botella, las características de la tierra que rodea sus viñedos. Para ello, realizan un constante seguimiento de cada uno de los estadios del viñedo, así como un minucioso seguimiento de los vinos en bodega.

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