Es un abogado especialista en divorcios que destaca por su relación de confianza y transparencia con sus clientes

David Sánchez Arroyo, letrado

David Sánchez Arroyo es un abogado especializado en Derecho de Familia que dirige el bufete J Fraile Asesores, con diferentes despachos ubicados en Madrid, Getafe, Parla, Pinto y Móstoles.

Natural de Valdemoro, el caso de Sánchez Arroyo es, cuando menos, curioso, ya que obtuvo su licenciatura en la universidad para mayores de 25 años, mientras trabajaba como camionero a tiempo completo. “Básicamente no dormía”, recuerda. Desde entonces, ha ejercido la abogacía en prácticamente todas las jurisdicciones existentes y ha pasado por importantes bufetes de la capital. Posteriormente, fundó su propio despacho, que dirige con éxito desde hace más de 15 años. 

Además de especializarse en el derecho de familia, principalmente en divorcios, Sánchez Arroyo defiende también los intereses de ciudadanos españoles en diversos países del extranjero, siendo el derecho de extranjería otro de sus ámbitos de actividad. El abogado indica que es precisamente esta especialización la clave del éxito: “te da un plus a la hora de resolver los casos. Creo que tener que enfrentarse un día a un juicio de derecho laboral y otro a uno de derecho civil es, al final, perjudicial para el cliente”. 

La realidad es que, en el pasado año 2021, David Sánchez Arroyo no perdió ni uno de los 54 casos de derecho de familia a los que se enfrentó en el juzgado. El esfuerzo y la dedicación son los factores clave de su ejercicio. “Antes de ser abogado, también tuve la necesidad de acudir a uno. Me encontré con una profesión en la que la transparencia y el presupuesto con el cliente dejaba mucho que desear, por eso intenté implantar la transparencia total con mis clientes”, explica el letrado, que destaca por su atención amable y respetuosa. 

Desde la primera consulta, busca crear un vínculo de confianza abogado-cliente que favorezca la relación laboral. “Creo realmente que el compromiso con el cliente va más allá de un procedimiento o una minuta, nosotros somos aquellas personas que debemos velar muchas veces por las personas desfavorecidas, que ven vulnerados sus derechos. El abogado tiene que ser una persona en la que su cliente confíe, cercana y comprometida con su caso”, concluye.

Además del trabajo diario en su bufete, Sánchez Arroyo colabora de manera desinteresada con asociaciones que luchan contra el maltrato animal y dedica parte de su tiempo libre a entrenar un equipo de baloncesto infantil en Valdemoro.

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