“Para llegar a crear mis obras, no tengo otra forma de unir y poner al hombre al servicio del artista, es la única manera de llegar a la unión más íntima, y es cuando como hombre veo todo lo que sucede entre la fusión materia y artista"
El texto que recogemos a continuación, y que él mismo ha titulado «¡El sueño de un artista!», ha salido de la pluma del Premio El Suplemento Artes Plásticas: «Soledad en el camino, silencio es la respuesta, la oscuridad como testigo. Son los andares los que dejan huella y el pensamiento levita en la más absoluta libertad. Es el sueño el que me ocupa, es la grandeza de la búsqueda en pos de la más absoluta verdad, es la pureza la que vagabundea, es el agotamiento el que me sustenta, es el todo buscando en la nada, es la creación, es ella la que lo absorbe todo, lo concentra y lo guarda en su interior».
Antonio Díaz García es un artista de renombre, un escultor de obras majestuosas construidas con hierro doblegado. El origen de su arte viene de la infancia, cuando jugaba creando máscaras de hierro y cobre. «Tan sólo tenía 10 años cuando acudía a escondidas a los talleres de la Escuela de Artes y Oficios, y a los 13 años esa vocación se instaló en mi interior. Ahora, entrado en años, sigo igual que cuando empecé», explica el creador.
Su devoción por el hierro forjado lo ha acompañado siempre. «Cuando veía grandes lingotes postrados en el suelo en estado durmiente me sentaba junto a ellos y empezaba el diálogo. Él me ofrecía la posibilidad de pasarlo por el fuego y cuando estaba a altísimas temperaturas me comunicaba que accedería a mi antojo y así ha sido a lo largo de toda la vida», cuenta.
El hierro y el escultor: una lucha de titanes tal como él la define. «Es la única forma de entendernos ya que él es fuerte y yo intento no ceder. Me encanta conseguir creaciones que en la propia obra destaquen por igual lo abrupto y sutil a la vez y, una vez terminada la obra, pasan al olvido los esfuerzos y sacrificios», razona.
Sus creaciones hablan de sus sentimientos. «Para llegar a crear mis obras, no tengo otra forma de unir y poner al hombre al servicio del artista, es la única manera de llegar a la unión más íntima, y es cuando como hombre veo todo lo que sucede entre la fusión materia y artista», apunta.
Su mensaje al mundo es sencillo: «Pretendo enaltecer a mi gran enamorado, el hierro. Personalmente necesito crear para poder seguir viviendo», sentencia.
Recibido el galardón, Antonio Díaz García, con su voz fuerte y rotunda, se dirigió a los invitados: «Con mi vida como escultor intento demostrar al mundo que las cosas se pueden conseguir con esfuerzo y pasión. Mi obra me da penas y alegrías, ella habla por mí. Sin más, gracias».