“Nuestra obsesión es contribuir a una industria más sostenible, acercándola a los cero defectos”
Ibon Iribarren Aristizabal, CEO
LINQ es una compañía donostiarra que se dedica a la inspección no destructiva electromagnética para control de calidad de procesos de fabricación, construyendo máquinas y sensores de inspección para industrias de manufactura avanzada como la automoción, aeroespacial, ferrocarril, eólica, etc. Su misión es apoyar a estas empresas en su objetivo hacia los cero defectos en la fabricación de sus componentes, en cualquier proceso industrial de fabricación de piezas ferromagnéticas.
Para ello aplica métodos no destructivos (NDT) mediante técnicas electromagnéticas que detectan propiedades mecánicas de las piezas (dureza, profundidad de capa tratada, límite elástico, etc.), así como determinados defectos de fabricación (grietas rectificado, poros…).
La inmensa mayoría de los procesos para verificar las propiedades mecánicas de piezas metálicas se evalúa mediante técnicas destructivas: se eligen piezas al azar de la cadena de producción y se destruyen para comprobar sus propiedades y calidad, lo que incrementa los costes, los tiempos, y reduce la fiabilidad. La tecnología de la start up guipuzcoana permite “deducir” el estado de una pieza sin destruirla, lo que redunda en un control de calidad más rentable, rápido y fiable del 100% de las piezas, aplicando técnicas electromagnéticas.
Esto ha hecho que sus soluciones hayan despertado un gran interés y que, a pesar de su juventud, la empresa, que cuenta con una plantilla de 12 personas, se haya labrado ya un gran prestigio en un sector cuyo mercado global está en fase inicial de crecimiento y desarrollo. Ibon Iribarren, CEO y cofundador de la compañía, asegura que esto se debe, en parte, a que “la tecnología de LINQ contribuye a la reducción de emisiones y del consumo energético en industria y, por tanto, a la descarbonización de los procesos productivos”.
Los productos de LINQ, además, están diseñados para funcionar las 24 horas del día, 7 días a la semana y han sido concebidos para trabajar en entornos de producción almamente exigentes. Su robustez no compite con su sencillez, ya que la compañía se esfuerza para que todos sus productos sean intuitivos y fáciles de utilizar.
En definitiva, LINQ busca maximizar la disponibilidad y rendimiento de los equipos de sus clientes, optimizado sus tiempos de ciclo, aumentando la capacidad productiva de sus líneas y automatizando procesos para que el equipo humano se dedique a tareas de valor añadido. “Nuestra obsesión es contribuir a una industria más sostenible y competitiva, acercándola a los cero defectos; y por fin tenemos la tecnología para hacerlo posible”, comentan desde la compañía.
La start-up guipuzcoana ha culminado recientemente un proceso de ampliación de capital de 1.240.000 € para financiar su proceso de crecimiento e internacionalización. En palabras de Iribarren, “este nuevo capital nos permitirá acelerar nuestro lanzamiento de productos al mercado y nuestra expansión internacional, aspecto clave para nosotros dado el marcado carácter global de la empresa.”