El boxeador español llegado de Cuba vivió una odisea para cumplir su sueño

Emmanuel Reyes Pla nació en La Habana, Cuba, en 1992, donde el boxeo es como una religión y el segundo país del mundo con más medallas olímpicas en esta disciplina.

De familia de músicos, ese no sería el camino del “Profeta”, apodo que se puso por su abuela, muy religiosa. Emmanuel aprendió a boxear a los seis años para poder defenderse en la escuela y a sus 10 años se enfrentó a su primer combate.

Poco a poco, fue consolidándose como un boxeador de futuro en Cuba, primero en los pesos semipesados y después en los pesados llegando a ser subcampeón nacional ante Erislandy Savón. Pero su país, mientras Savón fuera el campeón, no daría a Emmanuel la oportunidad de competir en torneos internacionales.

Fue entonces, en 2016, cuando animado por su familia afincada en A Coruña, decidió emprender un viaje arriesgado para llegar a España y perseguir su sueño: ser medallista olímpico.

El periplo de Emmanuel tras salir de Cuba fue más largo de lo esperado y los trámites se complicaron. Intentando averiguar el modo de entrar en la Unión Europea, voló de Bielorrusia a Moscú donde pasó cuatro meses encerrado en un piso por miedo a ser detenido: “No podía salir del piso. Si me paraba la policía me pedirían dinero y si no se lo daba me subirían al coche y me dejarían en una carretera a 20 grados bajo cero para que volviese andando. Ya les había sucedido a otros”, explica Emmanuel.

De Rusia viajó a Austria donde pidió asilo político y pasó dos meses en un centro de refugiados. En un intento de llegar a España, fue detenido en Alemania en la frontera con Francia, recluyéndolo en un centro de migrantes hasta que, pasado un tiempo, le mandaron de vuelta a Austria. En un intento desesperado, compró un billete de avión a Barcelona y por fin, en el verano de 2017, pudo reencontrarse con su familia en A Coruña. 

Antes incluso de estar nacionalizado, Emmanuel contactó con la Federación Española de Boxeo y empezó a trabajar con la selección, quienes lo veían como una apuesta firme para los pesos pesados en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. “Apostaron por mí y se lo devolveré. No soy deportista olímpico por dinero, sino por la gloria de ser campeón”, afirma Reyes Pla. 

Cuatro años después de su odisea para llegar a España, Emmanuel, cumplió el sueño que tanto perseguía: ser uno de los cuatro boxeadores españoles en Tokio y conseguir un diploma olímpico, eso sí, por una decisión arbitral envuelta de polémica. 

La vida le golpeó por la izquierda, por la derecha, de frente. Los golpes le tambalearon, le hicieron chocar contra las cuerdas e incluso le tumbaron. Pero saber encajar los golpes y levantarse de la lona han llevado a Emmanuel Reyes Pla no sólo a conseguir su sueño sino a ganar la medalla de oro en el combate de su vida.

Pie de foto: Enmanuel Reyes Pla, boxeador olímpico.

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