"Muestra del buen hacer de la empresa es la obtención de la Certificación IFS, el más exigente certificado de calidad para empresas de alimentación a nivel mundial”
Cárnicas Salami S.A fue fundada por Juan Antonio López, "Antón" en 1958 en Santander. Desde aquella pequeña carnicería dedicada a la elaboración y venta de productos cárnicos de primera calidad, pronto conoció el éxito, tal es así que en los años 60 se hacían enormes colas a las puertas de la carnicería para comprar. La demanda era continuada por lo que en 1978 decidió abrir una fábrica pero que paulatinamente continuó quedando pequeña dada la demanda por lo que se trasladaron, en 1996, a una nave de mayor dimensión, sede actual de Cárnicas Salami S.A.
Salami cuenta con una importante variedad de productos, siendo los embutidos y los callos sus productos estrella, todos ellos sin gluten, sin proteínas de huevo y sin lactosa, conservando el mismo sabor y calidad habituales que lleva cumpliendo la empresa desde sus orígenes. En ese surtido encontramos cocidos (lunch, chorizo criollo, codillo cocido de jamón, barra York 11x11, lomo Sajonia y Longaniza fresca); Ahumados (salchicha Frankfurt y bacon); adobados (lomo y costilla) y cocinados (callos de ternera y callos de ternera con garbanzos) que se comercializan en la principales grandes superficies del país y mayoristas.
“Uno de los pilares fundamentales del crecimiento de la empresa ha sido y es, la férrea apuesta por la calidad en todos los procesos, siempre haciendo un control y seguimiento de nuestros proveedores, desde las materias primas hasta el producto final, sin olvidar la parte humana, ya que contamos con una plantilla cualificada y proactiva. Muestra de ello es la obtención de la Certificación IFS, el más exigente certificado de calidad para empresas de alimentación a nivel mundial”, afirman.
Por estas valiosas razones, Salami ha sido galardonada con el Premio Cantábrico Excelente 2016 en la categoría Calidad Alimentaria.
Salami ha sabido combinar a la perfección el saber hacer y las recetas de siempre con la última tecnología. En su planta de más de 4000 metros cuadrados, Salami ha incorporado una moderna maquinaria que favorece la producción basada en la calidad y en el respeto por el medioambiente –fueron la primera pyme del sector alimentario de Cantabria en obtener la certificación ISO 14001, y también la primera del sector cárnico en calcular la “Huella de Carbono” según la norma Internacional ISO 14064-.
“Recientemente hemos comenzado a exportar principalmente en territorio Europeo y nuestro proyecto a corto plazo es continuar la exportación desde Cantabria para reforzar los productos y la marca en el exterior”, finalizan.