Adrián lo dio todo por salvar la vida de unas personas a las que ni siquiera conocía, pero solo pudo presenciar cómo el mar se los llevaba

Se pretende presentar a la sociedad actual como individualista e insolidaria. Creemos que esta es una definición incorrecta y por eso se ha entregado el premio al valor a Adrián Doce. Este joven coruñés se ha convertido en todo un ejemplo, después de que arriesgara su vida para salvar la de varios agentes de policía. Estos, a su vez, estaban intentando salvar a un joven eslovaco, Tomas Velicky. 

Este joven se había adentrado en las aguas de la playa de Orzán durante una celebración con otros compañeros de Erasmus. La fuerza de la corriente lo arrastró mar adentro. Tres agentes de policía acudieron raudos a rescatarles, pero ellos también se vieron atrapados en las peligrosas aguas coruñesas.

Es entonces cuando surge la figura de nuestro héroe. Adrián Doce oyó gritos en la playa de Orzán cuando regresaba de su domicilio desde la zona de marcha del Orzán. Se acercó a la playa y observó a varios policías luchando con las olas para sacar a sus compañeros y al joven eslovaco. Adrián no dudó ni un momento. Bajó corriendo al arenal a ayudar, se metió en las frías y peligrosas aguas del Orzán, se jugó la vida y peleó por agarrar a uno de los agentes, pero el oleaje se lo impidió. Pese a todo su esfuerzo, Adrián tuvo que abandonar el rescate. Lo dio todo por salvar la vida de unas personas a las que ni siquiera conocía, pero solo pudo presenciar cómo el mar se los llevaba. Su entrega había sido tal que incluso su vida comenzó a correr peligro, ya que al final tuvo que ser llevado al hospital con hipotermia.

A pesar de todo, el arrojo y la valentía de Adrián no ha pasado desapercibido. Ha recibido reconocimientos, entre otros, del Ayuntamiento de La Coruña y del Ministerio del Interior. Este premio, pues, no es más que otro de los merecido reconocimientos que se han otorgado a este joven, todo un ejemplo para la sociedad.